Lecciones profesionales para aprender en la veintena
Si te acercas a los veinte años, o acabas de pasarlos, puede que sientas el peso de la edad adulta sobre ti y te sientas un poco nervioso por el camino que tienes por delante. Aunque los años de la adolescencia son los más formativos, lo que hagas en la veintena seguirá dictando el curso de tu vida en el futuro. He aquí algunas lecciones profesionales importantes que debes aprender antes de llegar a los 30…
Consiga un buen equilibrio entre vida y trabajo, antes de que lo necesite
Es muy importante ser agresivo a la hora de perseguir tus objetivos profesionales antes de tener hijos o de que las responsabilidades de la vida se ceben en ti. Esto te pondrá en una mejor posición para conseguir un horario de trabajo más flexible y un salario que pueda mantener a una familia. Sin embargo, es igual de importante establecer tus propias pautas personales para tener un buen equilibrio entre vida y trabajo. Si trabajas de nueve a cinco y luego pasas las tardes estudiando carreras de psicología muy exigentes, quizá sea el momento de dar un paso atrás y evaluar cuánto tiempo te dejas para ti. No querrás convertirte en un adicto al trabajo las 24 horas del día, confundiendo el negocio con el éxito profesional y forzando el poco tiempo que tienes para pasar con tu pareja y tus hijos.
Olvídese de lo que la empresa puede hacer por usted, pregúntese qué puede hacer usted por su empresa
Cuando muchas personas abandonan sus estudios y consiguen su primer empleo de nivel inicial en un campo al que quieren dedicarse, es una tendencia común gastar toda su energía intentando convencer a sus jefes y colegas de que son demasiado inteligentes para estar en ese puesto de bajo rango. Es posible que fuercen sus mayores logros en las conversaciones, mientras se arrastran a regañadientes por sus deberes reales. Aunque esto es comprensible cuando se es joven y se está lleno de grandes ideas, es importante recordar que las empresas no existen para ayudar a los jóvenes a avanzar en su carrera. Existen para obtener beneficios. Si en el proceso pueden cultivar buenos talentos, eso es sólo una ventaja. La forma más eficaz de destacar en cualquier puesto es llegar al trabajo y concentrar toda tu energía en ayudar a la empresa a tener éxito, aprendiendo todo lo que puedas sobre los objetivos de la organización y cómo puedes ayudarla a conseguirlos.
Toda madre no es tu madre
Otro error común en los jóvenes profesionales es pensar que todos los padres con los que trabajan tienen los mismos rasgos que los suyos: ilimitadamente interesados en tu vida y llenos de consejos que están esperando para repartir. Aunque no cabe duda de que puede ser útil tener a un colega mayor como mentor, suponer que tus colegas más veteranos tienen algún tipo de sentimiento paternal hacia ti puede explotarte en la cara. Por supuesto, puedes pedirles que te orienten en tu carrera profesional. Sin embargo, si hablas con ellos de cosas más personales que son competencia de tus padres, puedes correr el riesgo de cruzar los límites. Podrías acabar complicando en exceso vuestra relación en la oficina, o los trabajadores más veteranos podrían sentir que estás socavando su experiencia profesional.